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Nuevo espectáculo: Cuencos de ternura

Nuevo espectáculo: Cuencos de ternura

Una propuesta desarrollada para los más pequeños (0 a 36 meses) basada en varias de las canciones, ya editadas en sus CDs, y un puñado de composiciones nuevas, creadas para estas edades, donde el autor viene trabajando a nivel educativo desde hace más de 25 años.

Para esta nueva puesta en escena, los estímulos sonoros se mezclan con el mundo visual, y van apareciendo en la trama lúdica, personajes y
juegos que buscan, mediante la interacción con el público, formas mágicas de vincularse con la música.

Un espectáculo intimista, donde la cercanía da un marco afectivo y acústico, que alimenta un estrecho relacionamiento entre las fuentes
generadoras de sonidos y movimientos y los espectadores, que en el correr de la función irán integrándose como parte hacedora del mismo, dando
paso a una mutación de asistente pasivo a dinámico participante de cada cuadro.

MARCELO RIBEIRO-TRÍO
Cuencos de ternura

Esta nueva aventura mantiene características que La Extravagancia Banda viene mostrando en su larga trayectoria, ya sea desde la sutileza de los arreglos musicales (que van desde una instrumentación eléctrica a la
utilización de materiales de desecho); o desde una variedad importante de
distintos géneros (candombe, bolero, marcha camión, rock and roll, reggae, balada, etc.); o sirviéndose del cuerpo como fuente inagotable de recursos sonoros (ya sea desde lo vocal o desde la percusión corporal) así como generador y trasmisor de distintas emociones a través del movimiento.
La función dura entre 50 minutos y una hora, dependiendo la extensión de
lo que acontezca en el tiempo/espacio compartido con el público presente.
̈Cuencos de ternura ̈ es una presentación en formato trío, integrados por:
Marcelo Ribeiro (voz, guitarra, accesorios), Tato Bolognini (percusión, flauta, coros) y Fernando Nathan (teclas, acordeón, accesorio, coros).

«…Anda enamorado le cuenta a la luna busca una palabra cuenco de ternura
Que abrace su sentir y por añadidura llene el corazón de su amor sin ataduras…»